
Abengoa afronta una nueva reestructuración de su situación financiera. La compañía ha puesto en marcha un plan para recuperar el patrimonio neto de la sociedad, que a cierre de 2019 se encontraba en negativo con 388 millones de euros. Para ello y en el contexto de la crisis por el Covid-19 que tendrá un fuerte impacto en sus números, ha actualizado su plan de negocio con las proyecciones financieras que tiene hasta el año 2029. Tras ello, sus acciones cayeron un 10% en la bolsa española hasta los 0,0054 euros por acción en los títulos de clase B.
Se sustenta en dos grandes líneas. Por un lado, ha solicitado una nueva línea de liquidez por importe de 250 millones de euros y un plazo de cinco años, con garantía del ICO, y una ampliación de los avales revolving por 300 millones con garantía del Cesce para cubrir las necesidades del negocio hasta finales de 2021. La compañía ha recurrido para todo ello a Santander, CaixaBank, Crédit Agricole, Bankia, BBVA y Bankinter.
La empresa además busca un acuerdo con proveedores y otros acreedores con deuda vencida por un importe de 682 millones que permitan la desconsolidación de esa deuda del perímetro de Abengoa y Abenewco 1, obteniendo a cambio un derecho preferente al cobro contra la realización de determinados activos, y modificará determinadas condiciones de la deuda con los acreedores financieros, que pueden implicar quitas "importantes" y capitalizaciones de deuda.
Tras perder 509,9 millones de euros en 2019 (-1.487,7 millones en 2018), la crisis del Covid-19 tendrá un impacto que implica rebajar un 24% sus flujos de caja hasta 2028 con respecto al plan de negocio que presentó en 2019, un 21% sus ventas, un 15% su resultado bruto de explotación (ebitda) y un 22% su contratación.